Vocablos bonitos y bonitos vocablos
Vamos a ver si nos aclaramos. Yo soy una persona que se mueve por impulsos, por retos. Mi último reto es encontrar la palabra más bonita del mundo. Y en ello estoy.
"¿Cómo se busca la palabra más bonita del mundo?", os preguntaréis. O, yendo un poco más allá, "¿Cómo se encuentra?". Pues me encuentro bien, gracias.
La palabra más bonita del mundo se busca, básicamente, preguntando. Como casi todo en este mundo, oiga. ¿Cómo va a ser si no? Y es que, si hay algo que he aprendido en esta vida, es que la manera más fácil de saber algo es que lo sepa otro y preguntarle.
Yo, en un principio, aposté firmemente por la palabra "cucurucho" que es una palabra que a mí de siempre me ha gustado muchísimo. Me vi obligado a descartarla, sin embargo, porque a mi novia no le gustaba. Ella decía que el cucurucho le recordaba al helado y el helado le hacía pensar en el frío, el frío en la soledad, la soledad en la tristeza, la tristeza en los botes de helado que se comen las mujeres cuando están tristes, y el helado en los cucuruchos, con lo cual todo acababa convirtiéndose en un círculo vicioso y todo lo vicioso es feo y como lo feo es lo contrario de lo bonito, era imposible que la palabra cucurucho fuese la más bonita del mundo. Tras escuchar semejante perorata, decidí 2 cosas: 1) desechar la palabra "cucurucho" y 2) no volver a pedirle opinión a mi novia NUNCA. La segunda de las decisiones era, claro, la más importante.
Otra opción que barajé fueron las palabras cursis, las que se refieren a sentimientos, vaya. Así, probé con "amor", "amistad", "sexo", "orgasmo". Pero tampoco funcionó, porque todas estas palabras eran tan bonitas que era imposible decantarse por una sola: ¿qué es más bonito, el sexo o el orgasmo? El sexo sin orgasmo no es bonito sino puro ejercicio físico. Por su parte, el orgasmo sin sexo, en el fondo, es una paja y la palabra "paja" tiene varias acepciones, no todas ellas igual de bonitas, algo que la descartaba como opción.
Ahora estoy buscando entre palabras de otros idiomas. Desde este punto de vista, podríamos decir que soy políglota. Ser políglota me gusta porque es fácil. De hecho, para ser políglota basta con decir que lo eres. Para empezar, mucha gente desconoce lo que significa ser políglota. Por otra parte, ¿cuál es la diferencia entre "ser" políglota y "estar" políglota? Seguramente un inglés nunca lo entendería. Yo mismo, que estoy políglota, no sabría explicar la diferencia y sin embargo aquí me tenéis: políglota perdido.
Aunque los políglotas, por definición, no hablamos el esquimal, yo sí que lo hablo. Llamadme bicho raro si queréis, pero el caso es que lo hablo. Pues bien, en esquimal hay palabras preciosas. Palabras que, nada más oírlas, uno pensaría: "Ésta debe de ser la palabra más bonita del mundo". Y, en efecto, lo serían si no fuese porque, a continuación, escuchas otra palabra igual o más bonita, si cabe, que la anterior. Yo no sé pronunciarlas porque son demasiado bonitas y mi voz, que es grave y profunda, como la de Constantino Romero (cuando hace de Clint Eastwood, no cuando hace de Darth Vader), no es adecuada para pronunciarlas. Por esta misma razón, yo no podría nunca sobrevivir en Esquimalandia: porque, al no poder pronunciar ni una sola palabra, no podría comunicarme con nadie y me moriría de soledad.
Últimamente me estoy centrando en el lenguaje de los signos. A ver si hay más suerte...
He dicho!

1 Comments:
Me encantó leerlo !!!
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