Hay que saludase!

lunes, septiembre 10, 2007

Lama, Dalai Lama, Dalai

Yo podría haber sido Dalai Lama. Desde luego, al nacer apuntaba maneras. Incluso el medico que me arrancó del vientre materno, exclamó "Señora, no se lo va a creer, pero creo que ha tenido usted al Dalai Lama". Mi madre, tan escéptica ella, dijo: "Quite, quite".

Efectivamente, al consultar con expertos nos dijeron que tenía una pinta de Dalai Lama que tiraba para atrás. "El único problema -nos explicaron- es que ya hay un Dalai Lama y como es un rollo vitalicio y toda la pesca, va a ser difícil defender tu candidatura". No creáis que este duro golpe me desanimó. De hecho, hasta hace un par de meses he dedicado la totalidad de mi tiempo a convertirme en Dalai Lama. Si vais al Tíbet, seguro que quedan carteles con mi careto, no sonriente, sino muy serio, porque el cargo de Dalai Lama es, ante todo, seriedad. Al menos desde mi punto de vista.

Mi mensaje, sin embargo, no caló entre la comunidad dalailamesa, así que perdí las elecciones. Luego me enteré de que el cargo de Dalai Lama no lo elige el pueblo sino el dios dalailamés a través de sus vicarios terrestres que se dedican a peinar el planeta en busca de niños muy pequeños que sean calvos, que se reputen nacidos y que sean muy serios, que tengan aspecto de dios con forma humana y, sobre todo, que sean simpaticones y campechanos como el rey.

Al enterarme me enfadé, claro. "Maldición, he estado haciendo el canelo". Lo peor de todo es que para entonces ya tenía compromisos adquiridos con varias empresas y gobiernos que financiaron mi campaña electoral y ahora no sé muy bien cómo voy a cumplirlos. De entrada, hay una petrolera china que me está apretando las tuercas como nunca nadie me las había apretado: así que me he visto obligado a ir de bar en bar con los ojos achinados y muy sonriente, vendiendo "losas" y llevando collares "fluolescentes" al cuello. Si os "intelesa", os los vendo a 1 "eulo". Muy "balatos". Y de buena calidad (la luz dura toda la noche). Bueno, eso los collares fluorescentes. Las "losas" son a 2 "eulos" cada una y a 10 "eulos" la media docena.

Pero, a pesar de todas estas penalidades, no he renunciado a mi sueño, mi gran proyecto de ser Dalai Lama. Ahora estoy haciendo muchas pesas, porque al parecer los dalaimaneses llevan tiempo reclamando un Dalai Lama que sea musculoso. Y en ello estoy. Deseadme suerte.

He dicho!