Hay que saludase!

lunes, septiembre 10, 2007

Los peligros de la lectura

¡Cuidado, éste es un texto peligrosísimo! Así que os ruego que no sigáis leyendo hasta que no estéis completamente seguros de tener el valor suficiente. Lo encontré (el texto) hace ya más de ocho años durante un viaje que hice a Madrid. Estaba tirado (el texto) a los pies de una muralla. Al principio me quedé mirando los pies (de la muralla) así que no lo vi (el texto). Es que yo soy de Madrid y allí las murallas no tienen pies así que cuando llegué a Madrid y vi esta muralla con sus pies y toda la pesca, me llamó mucho la atención. Luego me enteré que en Madrid son muy típicas.

Sólo cuando dejé de mirar los pies de la muralla (me tiré un buen rato) me fijé en el texto. Lo más curioso era que el texto no estaba impreso o escrito en ningún papel, pared o similar sino que simplemente estaba ahí tirado. Total, que de repente me encontré con el texto enfrente de mis narices mirándome fijamente. Los textos tienen una mirada muy fija y son capaces de quedarse mirando horas y horas. Y fue cuando le miré a los ojos, que sentí la peligrosidad del texto.

Y el caso es que el texto ni siquiera es interesante. En realidad es un plagio de un cuento infantil aburridísimo que solía leer una y otra vez cuando era pequeño. Va sobre un pequeño escorpión que, en realidad, es un hombre hecho y derecho atrapado en el cuerpo de un escorpión. Vamos, como un transexual, pero en vez de estar encerrado en un cuerpo de mujer estaba encerrado en el de un bicho inmundo. El caso es que, como en todos los cuentos, el hombre hecho y derecho resulta ser superlisto y superguapo y al final se acaba cargando a los terroristas de turno y se casa con una humilde prostituta que resulta ser, a su vez, la heredera de una poderosa fortuna antaño escondida por sus nietos con lo cual, braguetazo al canto para el escorpión.

En total, que según iba leyendo el libro, toda la gente que se encontraba a mi alrededor comenzó a caer muerta, y desapareciendo después sus cadáveres misteriosamente. "El Misterio de los Cadáveres Desaparecedores" creo que se llamaba el libro que cuenta esa historia. Por cierto, que esa historia sí que era peligrosísima. Me da un repelús sólo de pensarlo que para qué os voy a contar.

Pero bueno, a lo que íbamos: que al final logré que la tía me dijese que sí y me la tiré por un módico precio.

2 Comments:

At 12:33 p. m., Blogger Nashiel said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 
At 12:39 p. m., Blogger Nashiel said...

Lo borré!

Decía que me rio un monton con el blog

Escribe más!

 

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