Hay que saludase!

martes, abril 10, 2007

COMERSE UN OSO

- ¡No me jodas, Pepe! ¿No ves que estoy comiendo?

- Pero es que esto es importante, papá.

- A ver, ¿qué demonios pasa?.

- Hay un malandrín en mi cuarto.

- Imposible. Los malandrines dejaron de existir a principios del siglo pasado, cuando la palabra cayó en desuso.

- Bueno, pues no será un malandrín, pero algo hay.

- Pues primero averiguas lo que es y luego vienes y me lo cuentas.

- Papá

- ¿Qué?

- Ya sé lo que es.

- ¿El qué?

- Lo que hay en mi cuarto.

- Ya lo sé. Digo que el qué es.

- ¡Ah! Es un oso.

- Entonces no preocuparsen. Los osos son algo normal en esta época. ¿No ves que estamos en otoño?

- ¿Me lo puedo comer?

- No.

- ¿Por qué?

- Bueno, si quieres inténtalo.

- Papá.

- ¿Qué?

- ¿Cómo se come un oso?

- Igual que las chirimoyas pero sin pepitas.

- ¿Seguro?

- No, era una broma. Anda, vete a dormir y deja ya de dar por culo.

- Vale.