Las Kiwi-aventuras de El Antipodo en Nueva Zelandia!
Martes, 19 de septiembre de 2006
Donde El Antipodo alcanza finalmente la Tierra de la Ovejas...
6:00 a.m. (hora local). Suena el despertador. Abro el ojo. Como me temia, el madrugon es de ordago. Descubro, no obstante, que ya hay una ausencia en la habitacion comun: alguien se ha levantado antes que yo... que fenomeno el tio!
Ducha rapida, limpieza de leganas, cierre del equipaje (a oscuras) y a la calle. El trolebus, esta vez si, es puntual, asi que a las 6:40 a.m. (hora local) ya estamos en marcha. Paramos a recoger a una senora rubia, que resultaria ser mi unica companera de trayecto y, sin mas interrupciones, llegamos al aeropuerto a las 7:10 a.m. (hora local), cuando tendriamos que haber llegado a las 7:30 a.m. (hora local). Como yo no soy tonto, en seguida me percato de que me han robado, innecesariamente, 20 minutos de mi preciado sueno y, aunque les odio por ello, elijo como reaccion la ausencia de idem y me conformo con pensar que, el menos, he evitado que me roben 30 minutos mas, como de buena gana habrian hecho estos bandidos de no habrles parado yo los pies obliganoles a retrasar la hora de salida del trolebus.
Ya en el aeropuerto, reorganizao mis cosas y procedo a facturar. Para mi asombro, la compania que opera el vuelo entre Sydney (Australia) y Auckland (Nueva Zelanda) no es otra que... AEROLINEAS ARGENTINAS! Como lo unico que me importa es el precio del vuelo y no la compania qu lo opera, facturo el mochilon y el saco y me voy a desayunar un chocolate calientito con tremendo croissant aderezado con una mini-mantequilla y una mini-mermelada (de fresa, claro): me lo merezco! Lo disfruto mucho, mas que nada porque esta muybueno, a pesar de la inquietante y agudizada cojera que padece la mesa en que me siento. Compruebo la hora. son las 8:15 a.m. (hora local) y el embarque (de mi vuelo) esta previsto para las 8:30 a.m. (hora local) asi que decido levantarme y teletransportarme sin mas demora a la puerta de embarque numero 10 del aeropuerto internacional de Sydney ("Sydney Airport") que es la que, por derecho, me corresponde tal y como evidencia la tarjeta de embarque que celosamente coservo en mi poder. Dado que la tecnica de la teletransportacion no me funciona, decido trasladarme a la antigua, valiendome de mis propios pinreles, poniendo uno delante del otro. De repente, dos obstaculos inesperados se interponen entre yo y mi destino ultimo. Primer escollo: inmensa col en el control aduanero de pasaportes. Los chinos abundan por doquier y, entre ellos, se intercalan de pascuas a ramos los miembros de algun tipo de equipo deportivo australiano. Con presteza, y aplicando las ecuaciones y teoremas entiendo apropiados, calculo que, con semejante cola, combinada con mi tranquilidad (mas bien diria, parsimonia) anterior, perdere el vuelo casi con total seguriad. No pierdo la calma (definitivamente, parece que se me ha pegado algo del celebre "easy-going" antipodiano). Igual que solia hacer en el cole, supero con nota el primer control y me avalanzo sobre el segundo escollo: el control de equipajes. Para mi sorpresa y regicijo) no hay cola. "Donde demonios se han metido los setecientos millones de chinos que habia en el primer control?" me pregunto. Nadie lo sabe (en esto las Antipodas y Espana son una sola)... y, lo que es aun mas importante, a nadie parece importarle! Tras superar, nuevamente de manera impecable, este segundo control, corro a la puerta de embarque para descubrir que hay retraso. Voy al bano (no pesi) y me siento a esperar hasta que finalmente embarcamos. MI asiento (el 29H) es, efectivamente, ventanilla, tal y como habia vaticinado la dadora de tarjetas de embarque ("boardingpass manager"), la cual parecia muy feliz viviendo en la ignorancia del hecho de que, de aqui a un tiempo, su trabajo sera desempenado por una maquina que la enviara al limbo del desempleo indefinido de una patada en el culo.
El vuelo bien y sin incidentes. El avion esta semi-lleno (medio vacio, para entendernos... es que soy un optimista!) y la duracion estimada del vuelo sera de 2 horas y 40 minutos (eso es lo que dice el comenadante de la nave), a pesar de lo cual nos ponen una peli que ameniza el trayecto. Es esa peli de Reese Witherspoon en la que ella es un medico que tiene un accidente y queda atrapada, bajo la forma de una espiritu tocapelotas pero a la vez encantador a mitad de camino entre el terrorifico y frio limbo y el mundo de los vivos. Opto por verla en version original (ingles), principalmente porque la version espanola esta doblada en sudamericano, dandole un tufillo (mas bien, hedor) a telenovela matinal chunga que se hace insoportable, incluso para un tipo valiente y duro como yo. Durante el vuelo descubro varias cosas, a saber: (1) las azafatas, como buenas argentinas, estan asi, buenas; (2) el avion paraba en Auckland a modo de escala en el camino hacia su destino final, Buenos Aires (fue entonces cuando todo el peso de mi perspicacia innata se puso a trabajar, y alcance a verle el sentido al tema AEROLINEAS ARGENTINAS que hasta entonces me tenia en vilo); y (3) las tripulacionas argentinas son igual de sosas que las espanolas a la hora de dar mensajes por los altavoces. Para mas inri, el comandante, y maxima autoridad a bordo, insistia una y otra vez en repetir que nos dirigiamos a "Nueva Zelandia", lo cual fue causa de estupor e inquietud para todos los pasajeros hispanoparlantes del vuelo AR1183. Ademas de ver la peli, durante el vuelo ojeo la revista de AEROLINEAS ARGENTINAS y me leo una entrevista a un tipo argentino, viejo, gordo y para mi desconocido, al que, sin reparo alguno, tildan de catador, escritor y, por encima de todo, vividor. Ni que decir tiene que, de inmediato, experimento el ardiente deseo de ser como el. Tambien leo un articulo sobre Vito Campanella, pintor italiano al que le va el rollo surralista, inspirado, entre otros, en Dali. Curiosamente, los cuadros me molan mucho y me autoimpongo el deber de adquirir a cualquier precio toda su obra tan pronto como me resulte posible (pero sin marcarme ningun fecha limite concreta, puesto que ello habria sido contrario a cualquier tipo de mesura). Me percato, asimismo, de que los argentinos utilizan, tambien a la hora de escribir, la formula "elegi", "decidi", "compra", como modo imperativo. Conclusion necesaria y univoca: los argentinos no escriben bien; los argentinos escriben normal... ese es su poder. Me sirven un refrigerio (en espanol "refrigerio"; en argentino "snack"), el cual engullo de mala manera como si no hubiese comido ni en esta vida ni en ninguna de mis vidas anteriores: un bocata de berenjena (!?), crackers con queso y un chocolatin.
Y sin mas preambulo, el comandante posa el avion en tierra neozelandiesas. Compruebo el horario local: hay dos horas dee diferencia con la vecina Australia, o sea, que estoy ya 10 horas por delante de mi Espana natal. Habia logrado, pues, sin apenas proponermelo, lo que parecia un logro imposible para el ser humano: habia viajado mas alla de las Antipodas. Mientras trato de asimilar el golpe del "jet-lag", paso a las cintas de recogida de equipajes y es aqui donde llega la parte mas inesperada de todas: creedlo o no, pero los aerolineos argentinos no solo no habian perdido mis facturadas pertenencias, sino que ademas las habian aerotransportado con exito hasta la cinta numero 2 del aeropuerto de Auckland en Nueva Zelandia, sin hacerme apenas esperar 5 minutos. Un trabajo impecable, boludos! Entre agradecido y emocionado ante semejante detalazo, agarro un carrito y obligo a mis bultos y enseres a ocupar un sitio en el mismo.
Supero una vez mas multitud de controles aduaneros sin que me tiemble siquiera el pulso y salgo a la calle en busca de un trolebus que me haga el favor de acercarme al centro, aunque sea pagando. Lo encuentro, pero me niego en redondo a que me quiten los 28NZ$ que pretenden por el servicio que ofrecen. Alternativa elegida, un clasico: un bus de a 13NZ$ el trayecto. Mismo servicio, menor precio. La decision era clara. La mano invisible del mercado y la competencia mponen una vez mas su ley. Mientras espero el autobus, conozco a una alemana recien llegada tambien de Australia. Apenas hablamos y ni siquiera llego a saber su nombre. En el trayecto de autobus noveo ninguna oveja: decepcion.
Bajo del buseto en Queen St., echo un vistazo a un par de hostales con todos mis bultos a cuestas (no es cosa facil ni grata, os lo aseguro) para acabar decidiendome por el que recomienda ala Lonely Planet: el XBase, en Fort St., cerca del puerto y en el meollo de Auckland. La recepcionista me vende el derecho a pasar esa noche en una cama en una habitacion de 10 camas a cambio de 25NZ$. No es barato. Me ofrecen tambine una cama en un dormitorio de 8 personas por 27NZ$: buen intento, pero no cuela. En total, que acepto la cama de 25NZ$ y desembolso. Me asignan la habitacion numero 101. Entro en ella. Hay solo un nota leyendo (o haciendo que lee) y luego llega otro. Apenas nos saludamos (ni siquiera entre ellos). Me chindo al bano: duchazo y pesi........ ti! Cuando vuelvo al a habitacion hay otro tio y una tia. Me desvisto y me visto delante de todos mis companeros con todo el recatamiento que creo que exige la escena y, sin mas, salgo a dar un pirulo por Queen St. (calle principal del centro de la city) y aprovecho para mirar precios de camaras (digitales), iPods y mapas. Aprovecho tambien para comprar una tarjeta de prepago de Vodafone neozelandiesa (con la espanola y la australiana ya tengo tres!). Me meto en Internet (2NZ$/hora) en un local regentado -si, lo habeis adivinado, por chinos.
Al rato, mi estomago parace que empieza a rebelarse y esta ramando follon a ver si logra que le de algo de comida. Caigo rendido a los deseos de mi organi vital y voy a cenar. Ceno en el ultimo stio que os podais imaginar... un Wendy's!!! Si senor, si en algun lugar del mundo podia quedar algun Wendy's abierto tenia que ser aqui, en la otra punta del puto planeta! Y es que el Wendy's es a la comida rapida lo que el Burgos F.C. al futbol espanol: un equipo de segunda fila y con encanto que, a base de fracasos, acao por desaparecer ("Quiza el Burgos juega en la liga neozelandiesa" - reflexiono). Cene, como decia, en esa reliquia hecha restaurante. La hamburguesa no estaba bien; la hamburguesa estaba normal. La verdad, lo recordaba mejor. Para empezar, las hamburguesas son cuadradas (!?) y para rematar la faena, me cobran la mayonesa y, lo que es aun peor, esta no sabe absolutamente a nada. Pecado para un mayonesa-adicto como yo. Mal producto. Yo diria mas: producto malo!
En un momento dado, me doy cuenta de que mi iPod no esta conmigo. Preocupacion y nervios. Salgo cagando leches hacia el hostal... y ahi estaban, intactos y esperando a su buen amo como unos benditos, los pedazo de 30 Gigas de mi iPod, cargaditos de musiqui de la guina. Respiro tranquilo: esta visto que todos somos Eddie... pero Nacho solo hay uno.
Con mi paz interior restaurada, prosigo mi andadura, esta vez Queen St. arriba, en direccion al puerto (en espanol "puerto"; es antipodiano, "java"). La vista no es my bonita (es mas, la vista no es bonita) porque se trata de un puerto esencialmente industrial, pero al fin y al cabo las vistas son de puerto de mar asi que, asi y con todo, molan. Hay garitos en los muelles, todos ellos con bastante buena pinta. Entre ellos encuentro incluso un cafe-restaurante espanol ("Cafe Limon") que se jacta de ofrecer sangris, tapas y comida, todo "tipical Spanish". Me asomo con sigilo y tras la barra y en la cocina... solo veo chinos!!! Asi no.
Continuo mi paseo, alejandome ya del puerto, y me meto n un "antiguo" edificio reconvertido en pub y que tiene un aspecto excelente. Es mas, tiene un aspecto excelente! Me pido una Black Mac (cervez "nigra, nigra", lo mas parecido que tienen a la Guinness) en una mesita alta de las chulas. Mientras dejo al el camarero-barman hacer su trabajo (acatar mis ordenes y servirme lo que le pida), le aclaro que quiero que sea una pinta y no una mierda de "schooner" de esas (para el ojo no entrenado, os dire que la "schooner", muy popular en Australia, es un vaso mas pequeno que la pinta), y me contesta que ya lo sabe que que va a ser si no. Extranado por lo poco australiano de su reaccion, le pregunto si en este pais lo que se beben son "schooners" como en la vecina Australia y me contesta poniendome cara de no entender ni media d elo que le estoy hablando. Le explico la diferencia (basicamente de nombre y tamano) entre una buena "pint" y una "mierda-schooner" y confirma, definitivamete, mis sospechas de que en esta pais beben las primeras y no las segundas. Cosa buena. All Blacks 1 - Wallabies 0. Viva Nueva Zelandia!
Empiezo en este mismo bar el diario de mi periplo neozelandes (desde el lunes 18 de spetiembre de 2006) y vuelo a darle canita brava a FReud y su punetera "Interpretacion de los Suenos" hasta que me entra el idem y me chindo al hostal. En el hostal, me doy un voltio por los "ammenities" (lease, el bar) a ver que se cuece. En la sala del tele hay un grupo numeroso de "tiraos" que estan tirados en el suelo consumiendo cerveza enlatada y con la musica a todo trapo. Me invade la pereza de intentar cualquier tipo de maniobra de acercamiento a ellos por lo que, con mi habitual armonia y consonancia entre pensamiento y accion, evito el mas minimo amago de acercamiento a la masa. En lugar de eso, agarro un periodico (gratuito... me encanta la gratuidad) que hay por alli. Su titulo: "Backpackers News". En verdad os digo que estas Antipodas nuestras parecen disenadas exclusivamente para "backpackers". Para que os hagais una idea, un "backpacker" por estos lares es lo mas parecido a un motero en Jerez el fin de semana dle Gran Premio de Motociclismo (de Jerez): la ciudad esta rendida a tus pies, a tu entero sevicio y disposcion para lo que gustes. Me leo el periodicucho y plane algunas d elas actividades que quiero hacer en Nueva Zelandia. Acabo y me voy al sobre. Escucho un poco de musica en mi no-[perdido Pod y a dormir como un angelito, que es lo que soy.
He dicho!

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